En el silencio del Teatro Regio, resuena la voz de Juana Cabrera, su risa, su simpatía en cada acto. Ayer nos dejabas, nos dejaba tu cuerpo, tú estás aquí, cerca, en la butaca 12 de la primera fila del Regio, donde tanto te gustaba estar y tanto nos hiciste disfrutar. Ayer, nos dejó, quizás, la mujer que nunca ha faltado, la que, quizás más implicación cultural haya tenido, la que cada semana llamaba y preguntaba "¿Qué Acto hay esta semana?" guárdame entradas para toda la pandilla y así era, se abría el telón, se iniciaba el acto y en esa primera fila estaba Juana Cabrera, única y disfrutando de eso que tanto le gustaba, la vida.....
Juana ha sido un ejemplo para todos, no desde el tópico, desde la realidad, desde la manera de ser, hacer y vivir, ella junto a Conce, su hermana, han estado siempre. No era necesario ser cultura, Juana era la cultura en si misma y eso es la implicación, la humildad, la sencillez, el estar. Jamás le oí una mala palabra, una critica, hablar mal de algo o alguien y allí estaba. En actos culturales, cofradías, colectivos sociales y dando y regalando amor a Villanueva del Arzobispo, as su familia, vecinos y amigos. Allí estaba, en cada carnaval, en su historia, en sus coplas, en sus puntadas, en su chirigota, la de "Las Abuelas".
Juana ha sobrepasado eso de ser una vecina normal, su hacer se convirtió en cultura propia del pueblo. En los pueblos cuando muere alguien, a todos se nos cae un pedacito de corazón, con Juana es una mano que aprieta fuerte y te hace sentir que la cultura, el día a día, el tejido social, las risas entre líneas, lo que no se paga con dinero, sentir, que todo ello tiene sentido y será siempre.
Desde hoy amiga, todo tiene más sentido porque tú se lo has dado, desde hoy la butaca 12 de la primera fila del Regio es tu butaca, la de Juana Cabrera, la que siempre nos hizo sonreír desde la escena, gracias por enseñarnos tanto.